No os perdáis esta interesantísima entrevista que realiza Berta González de Vega a Elena Flórez en el Diario El Mundo. En ella desglosa el Proyecto Educativo y el tipo de enseñanza del Colegio Madrid:

Institución Libre de Enseñanza y Tecnología, Colegio Madrid

El Colegio Madrid.

El vaso medio vacío para montar ahora mismo un colegio con cierta edad y desde cero podría llenarse con estas gotas: caída de la natalidad, cierta confusión sobre lo que debe de ser la Educación y la Formación, padres que no valoran como antes el papel de los profesores y la competencia de la educación concertada. Pero Elena Flórez, directora durante casi 20 años del colegio Estudio de Madrid, ha optado por contemplar el vaso medio lleno y convertir esos problemas en un reto, «con mucha ilusión»: «Creo que hay sitio para un equilibrio muy necesario. No se trata de ser inmovilista en la Educación pero tampoco de dar los bandazos completos que estamos viendo», explica con la voz de la experiencia que da la posibilidad de depurar toda una vida en la educación, de profesora de matemáticas y de directora. Esa experiencia que ha volcado en el Colegio Madrid,un nuevo centro donde va a tener las manos libres para poner en marcha las mejores prácticas que ha visto  en toda una vida y que, además, ha estudiado en un intenso año en el que  ha diseñado cómo sería el colegio de sus sueños.

Entre las buenas prácticas a conservar, mucho de lo innovado por la Institución Libre de Enseñanza: el énfasis en las excursiones y visitas culturales, el ser capaces de profundizar en asignaturas sin libros de texto pero, a la vez, teniendo muy presente la biblioteca del colegio, la hora diaria de deporte más que de recreo sin más. Y el acento en las Humanidades: «Estamos viendo lo necesaria que es la Filosofía en estos años para dotarnos de un profundo sentido ético». Pero, además, la posibilidad de trabajar de manera transversal muchos conocimientos en el teatro, que tendrá un papel importante. La responsabilidad de los alumnos será uno de los aspectos que enfatice la educación en el Colegio Madrid: «Los más mayores se convertirán en tutores de un curso tres años menores que ellos. Les escucharán y les ayudarán a resolver dudas y conflictos». Serán una especie de hermanos mayores en una época de familias poco numerosas. Pero, además, serán los alumnos los que tengan que estudiar cómo se gestiona el reciclaje del colegio, situado en la zona de Pío XII de Madrid, o los menús, supervisados por una nutricionista.

Flórez quiere que los padres sientan el colegio como propio pero también deja claro que es el equipo docente quién fija qué se espera de los niños en las clases. «Queremos contar con los padres para que participen en la vida del colegio, por ejemplo, con su experiencia profesional si son expertos en cosas que interesen a los niños», explica, pero puntualiza que las decisiones escolares las tomará el equipo docente, con personas que han trabajado con ella durante mucho tiempo. La responsabilidad irá acompañada de unas normas claras porque Flórez es de las que cree que los niños precisan saber dónde están los límites y que la vida escolar tenga unas instrucciones de uso.

En cuanto al papel del profesor, no es de las que crea que Google lo ha diluido, como gustan decir los nuevos gurús educativos. «Tiene un papel fundamental y, aunque serán muy cercanos a los niños, también está claro que está a distinto nivel que ellos». Ella es de las que no ha tirado a la basura de la docencia la palabra «memoria»: «Los niños aprenderán poemas o canciones» porque en el Colegio Madrid habrá un coro, cada vez más valorado como instrumento educativo, y los niños tocarán instrumentos. También pondrán en marcha una ópera con el proyecto L.O.V.A, que usa la ópera como un vehículo de aprendizaje a través del que aprender historia, música, manualiades, etc.

El inglés tendrá importancia pero han optado por no dar ninguna asignatura en ese idioma y, sin embargo, que el viernes en infantil y en primaria sea el día americano, cuando personal del Instituto Internacional de Boston se haga cargo de las actividades de los niños. Cuando crezcan, las películas se verán en inglés porque también habrá un cine club, que será de esas actividades que ocupen la última hora del día, de cuatro a cinco. «Vamos a intentar, además, que los niños se lleven gran parte de sus deberes hechos a casa sobre todo en cuanto a la documentación necesaria».

El Colegio Madrid también estará muy presente en el Olivar de Castillejo, cerca del colegio, donde los niños podrán estar en plena naturaleza en el centro de Madrid y en un sitio muy histórico, ya que fue donde acampó Napoleón en plena guerra de la Independencia.

Entre lo nuevo estará la posibilidad de usar la tecnología pero con un espíritu de rigor de la buena formación de siempre, no es un vender que se puede aprender sólo jugando: «En Matemáticas, vamos a usar una plataforma que permite durante sesiones de 15 minutos adaptarse al nivel de cada alumno. Pero también habrá espacio para otra manera de darlas». Es el equilibrio del que habla tanto Flórez. En Secundaria, por ejemplo, los niños podrán llevar sus asignaturas en plataformas digitales.

A su edad, otros podrían haber pensado en jubilarse. Ella, sin embargo, ha optado por poner en práctica una de las palabras más difíciles en un mundo polarizado: el equilibrio. También ha hecho una evaluación a sí misma y a sus creencias sobre la educación pero, eso sí, basada en la evidencia de muchos años a sus espaldas. Está aprovechando la enorme oportunidad de poner en marcha un colegio que represente lo mejor que ha aprendido durante casi toda una vida. A la vez, sigue una tradicidón de mujeres fundadoras de colegios. Y eso que ya tiene la Medalla del Mérito al Trabajo.

Aquí tenéis el enlace al artículo publicado: www.elmundo.es/blogs/elmundo/mejoreducados/